Algunos poemas
Gilberto Castañeda Hidalgo
Océano
Desde el océano en que tuve
mi ancestral origen hace eones,
desde la sal de un agua que
me curte la piel
como el dolor me ha curtido el alma,
desde la profundidad oscura
en que la única luz
era la esperanza de tu existencia,
desde oleajes devastadores
que han arrasado vidas enteras.
Hasta esta playa en que planto
un pie en tierra, en una tierra prometida,
una tierra nueva: Terranova,
nuestra tierra, en la que tú me esperas,
a la que he de llegar, donde será nuestra casa,
y viviremos para siempre.
Río y mar
Como el río que, en su descenso,
corre y cae o se remansa,
llega al encuentro,
deja de ser río
y sus aguas se amargan
por el mar que alimenta,
pierde todo y muere al tributarlo,
llega a un encuentro y un fin,
pero unidos para siempre,
el río ya no es más río,
el mar no es más el mismo,
y ambos siguen sin cambiar;
así nosotros, unidos hasta el fin,
porque estamos unidos desde el principio.
Primavera
Llegó marzo y con él se trajo la primavera,
las amarilis, los jazmines, las gardenias
y las orquídeas estallaron en aromas,
colores y retoños.
Los hibiscus reflejan al arcoíris en sus pétalos.
Las verdes vainillas, con su efímera existencia
me recuerdan, primero, tu mirada amorosa,
tierna, bondadosa, verde y serena,
después, esa prisa por vivir, esa ansiedad
de alcanzar, de atrapar la vida que se escapa
a cada parpadeo, a cada atardecer,
a cada primavera.
Medio día duran las pobres, abren temprano,
madrugan y esperan el día exultantes,
pero ya para la tarde están
marchitas, enjutas, casi muertas.
En el mango del vecino los zanates entonan
su sinfonía cacofónica, atenuada apenas
por el mágico canto del cenzontle.
Así nosotros en nuestro andar
por la vida, unos con prisa, perfumados y
coloridos.
Otros de existencia breve, insulsa, insípida.
Pero todos, al final,
caídos como las flores,
sin ruido, sin aroma, sin gloria.
Otoño
Poco a poco se acortan los días,
el calor afloja y los mosquitos también.
En el firmamento Escorpión se va de
farra y regresa de madrugada
siempre siguiendo a Orión
que empieza a aparecer por el oriente
como temeroso de que vendrá el frío.
Casi hay un alivio en la lluvia
que cae mansamente.
Otra vuelta más al sol se va terminado,
como las vidas de cada uno de nosotros.